viernes, 24 de septiembre de 2010

Érase una vez un trabajador que no fue a la huelga para joder a los sindicatos...

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martes, 31 de agosto de 2010

Meneame no permite a un usuario votar negativo una noticia candidata a portada

Enlace del meneo:

http://www.meneame.net/story/gobierno-insta-activistas-espanoles-cumplir-ley-marruecos

Captura donde se aprecia la ausencia de la opción de "problema" con sus distintas posibilidades (copia/plagio, duplicada, errónea, etc.)

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El meneo no ha sido votado ni afirmativa ni negativamente por el usuario.

Se aprecia que el meneo sí ha recibido un voto negativo pero de otro usuario, por lo que se trata de una prohibición de votar negativo este meneo que afecta sólo a este usuario en cuestión y no a otros que sí pueden votar negativo el meneo.

ACTUALIZACIÓN:

Meneame corrige finalmente el error:
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Y el usuario vota positivo la noticia:
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domingo, 29 de agosto de 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Enviar a José Luis, a Mariano y a Juan Carlos a ver si se enteran

Cargas de la policía marroquí contra ciudadanas españolas en El Aaiún (23 de agosto de 2010)



- Para José Luis:

Dirección:
Complejo de la Moncloa, Avda. Puerta de Hierro, s/n. 28071 Madrid
Tel: 91 335 35 35
E-mail: jlrzapatero@presidencia.gob.es

- Para Mariano:

Dirección: c/ Génova 13, 28004, Madrid
Tel: 91 557 73 00
E-mail: atencion@pp.es

- Para Juan Carlos:

Dirección: Palacio de la Zarzuela
Código Postal: 28071 - Madrid
Tel: 91 599 26 26 (Centralita)
Fax: 91 599 24 16

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sábado, 19 de junio de 2010

OTRA LITERATURA José Saramago. Se apaga la voz de los humildes



Hace algo más de medio año, José Saramago (Azinhaga, 1922) se había despedido de sus lectores en la última frase de su novela 'Caín': «La historia ha acabado, no habrá nada más que contar». El escritor portugués, que falleció a mediodía de ayer en Tías, Lanzarote -donde horas después fue instalada la capilla ardiente-, había disfrutado de una prórroga después de estar al borde mismo de la muerte en la Navidad de 2007. Una prolongación de su vida que le dio la oportunidad de escribir dos novelas, la citada 'Caín' y 'El viaje del elefante', y que le hizo reflexionar, aún más, sobre la muerte y el sentido de la existencia. En una entrevista concedida con motivo de la presentación de sus memorias lo explicaba así: «Mi problema en relación con la muerte y por tanto con el tiempo, dado que éste conduce de la mano hasta la muerte, no es tanto por el hecho de morir. Para mí, lo verdaderamente dramático es que estabas y ya no estás. Parece una obviedad, pero yo lo siento así, lo veo así: estabas y ya no estás». Ya no está, pero vivió una vida plena y deja un legado extraordinario.

Pese a su ateísmo militante, Saramago estaba convencido de que su vida había sido casi un milagro, porque todo lo que le sucedió era muy improbable que le hubiera ocurrido. Hasta lo fue esa prórroga inesperada cuando sus allegados se preparaban ya para el adiós. Ahora, con su muerte, se han apagado también las voces de su abuelo Jerónimo y su madre, tan presentes en su obra, y de tantos seres humildes cuya lucha por la supervivencia cotidiana el escritor elevó a la categoría de gran literatura.

- Un autor joven de 60 años.

El milagro de su vida se condensa en la peripecia casi inverosímil del hijo de una familia de trabajadores que, por motivos económicos, sólo pudo estudiar Formación Profesional para adiestrarse en el oficio de cerrajero y terminó por convertirse en el primer autor en lengua portuguesa que recibió el Nobel. El 10 de diciembre de 1998, al recoger el galardón, Saramago no olvidó sus orígenes: allí, ante el rey de Suecia, el escritor habló de su abuelo Jerónimo, «el hombre más sabio» que conoció pese a que no sabía leer ni escribir, y de sus veranos en la aldea natal de Azinhaga, corriendo descalzo por el campo y tumbándose bajo una higuera junto a aquel anciano que «era capaz de poner el universo en movimiento apenas con dos palabras».

A los 22 años, cuando contrajo matrimonio con la pintora Ilda Reis -con quien tuvo una hija-, Saramago trabajaba como administrativo en una empresa industrial y hacía trabajos extras en una mutua. Antes había sido cerrajero y oficinista en un hospital lisboeta. Con todo, las clases de Literatura recibidas en la escuela de Formación Profesional, donde llegó a aprender de memoria un buen puñado de poemas de Fernando Pessoa, no habían sido inútiles. En 1947 publicó una novela, 'Tierra de pecado', que no tuvo el menor eco. La reacción del futuro Nobel fue el silencio. Durante veinte años, trabajando muchos de ellos como empleado de una editorial, no escribió ni una línea.

'Memorial del convento' le dio una fama inesperada y lo convirtió en un joven escritor de casi 60 años, porque a partir de ese libro comenzó su verdadera carrera literaria. Atrás quedaban algunos volúmenes de poesía, una recopilación de textos periodísticos, su trabajo como traductor, su cargo de director adjunto del prestigioso 'Diario de Noticias' unos meses después de la Revolución de los Claveles, su historia de amor con la poetisa Isabel de Nobrega -muy importante para su futuro literario- y su militancia en el Partido Comunista, en el que ingresó en 1969, en plena dictadura.

Durante tres décadas, Saramago ha publicado con una regularidad estricta una serie de libros que lo han colocado entre los mejores escritores de su tiempo. Algunos de ellos han sido muy polémicos: 'El Evangelio según Jesucristo', por ejemplo, atrajo sobre él la ira de la Iglesia. Tanto es así que cuando la Academia sueca le concedió el Nobel, el Vaticano, en un gesto insólito, hizo pública una nota criticando con dureza la decisión.

- Dignidad y esperanza.

No fue la única polémica a la que se vio arrastrado. Su ingreso en la exclusiva nómina del Nobel puso el foco sobre cada una de sus opiniones políticas. Pese a que el fondo de todas sus novelas es inequívocamente antitotalitario (el 'Ensayo sobre la ceguera', de clara influencia kafkiana, revela la fuerza de los aparatos del Estado; el 'Ensayo sobre la lucidez' es una desesperada advertencia sobre la debilidad de los ciudadanos ante las instituciones, y así todas sus obras), su apoyo al régimen cubano le costó numerosas descalificaciones. Sólo en 2003, con motivo del encarcelamiento de Raúl Rivero y otros intelectuales, el escritor portugués se alejó de Castro, aunque sin renunciar a sus ideas comunistas. En los últimos años, ha sido el escritor con mayor participación en actos públicos de significado político. Alto, delgado, con gesto grave, su imagen resultaba habitual en la primera línea de algunas manifestaciones, lo mismo contra ETA que en movimientos anti-globalización.

Muchos quisieron colgarle la etiqueta de dogmático, pero en sus palabras latía un profundo humanismo y la duda permanente de quien había visto tanto que, al final de su vida, apenas mantenía unas pocas certezas. Lo suyo era el escepticismo: sobre el cambio en el ser humano, que navega sin rumbo claro; sobre las utopías, por los crímenes que se cometen en su nombre y por la incierta aceptación de las mismas por las generaciones venideras.

Las certezas se ceñían a unos pocos conceptos. Uno de ellos era el de la esperanza. Esperanza en la que creía profundamente, «porque sin ella no podríamos sobrevivir», decía, y que plasma en todos sus personajes, para quienes cada nuevo día es una pequeña victoria antes de la inevitable derrota final. Otra certeza de su vida era la dignidad, la capacidad del ser humano para resistir en pie aunque sepa que su lucha conduce inexorablemente al fracaso. «Lo sublime es tener la conciencia de que se va a perder y aún así seguir resistiendo», comentó en una ocasión.

Cuando presentó las memorias de sus primeros años, ante la mirada atenta de su esposa y traductora al español, la periodista Pilar del Río («que todavía no había nacido y tanto tardaría en llegar», escribe en la dedicatoria), Saramago se mostraba orgulloso de la coherencia de su vida. Y de haber dado la palabra a tantos seres humildes que se erigen en símbolos de esperanza y resistencia en sus novelas. Su voz quiso ser, lo dijo al recibir el Nobel, el eco de las voces de sus personajes. «No tengo, pensándolo bien, más voz que la que ellos tuvieron. Perdónenme si les pareció poco esto que para mí es todo».

César Coca - El Diario Montañés

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sábado, 12 de junio de 2010

OTRA POLÍTICA Klaus Ernst, presidente de Die Linke (La Izquierda) de Alemania: "La paz social en Europa está en peligro"

Tras la retirada de Oskar Lafontaine y la marcha de Lothar Bisky al Parlamento Europeo, ex presidentes de La Izquierda (Die Linke), el partido cuenta con dos nuevos presidentes: Gesine Lötzsch y Klaus Ernst. EL SIGLO ha conversado con Klaus Ernst sobre los nuevos retos de La Izquierda en Alemania, entre ellos la consolidación del presupuesto alemán, el trabajo temporal, los recortes sociales y las consecuencias de la crisis económica para la democracia. "Poner en peligro la paz social en Europa puede ser mucho más caro que el plan de protección del euro", señala el nuevo presidente y añade: "Quien piense que puede ahorrar durante la crisis, fracasará sin compasión".

- El partido La Izquierda cuenta ya con dos nuevos presidentes, usted y Gesine Lötzsch. ¿Qué significa esto para usted y para su partido?

-Para mí lo importante es que seamos fieles a nuestros objetivos y los llevemos a cabo. Esto significa que luchamos por la retirada de las tropas alemanas de Afganistán. Que La Izquierda luchará por la instauración del salario mínimo, hasta lograrlo, que está en contra del sistema Hartz IV de la Seguridad Social y que luchará hasta lograr superarlo. Al mismo tiempo, queremos ocuparnos más del partido porque en su seno hay diferencias culturales que son más grandes de lo que yo pensé hace dos años y medio. Éste será el deber de Gesine Lötzsch y el mío, como nuevos presidentes.

—Por el momento, han logrado ustedes un nuevo éxito en las recientes elecciones de Renania del Norte-Wesfalia.

—Con este resultado La Izquierda se halla ya en trece grupos parlamentarios en Alemania, es decir, se ha establecido de modo claro en el ámbito político alemán, lo que nos abre la posibilidad de cambiar, de modo positivo, las relaciones políticas en el país. También significa que los ciudadanos han asumido nuestros temas, por ejemplo, la política social en relación a la cuestión quiénpaga la crisis y cómo va a seguir la situación en Afganistán. Respecto a la próxima formación de gobierno en Renania del NorteWesfalia, para que haya un gobierno rojorojo-verde, es decir, Partido Socialdemócrata-La Izquierda-Los Verdes, exigimos el cumplimiento de unas condiciones mínimas, entre ellas que no haya destrucción de empleo en el sector público, que no se destruya más la política social y que no haya nuevas privatizaciones. Si el SPD prefiere trabajar con el FDP (Liberales), es decir, con un partido que está en contra del salario mínimo y que es responsable de una campaña de denigración hacia las personas que cobran el Hartz IV o paro, mostrará que se halla prisionero de la Agenda 2010 y de la política Hartz IV. Y no podrá gobernar con nosotros.

—En Alemania hay más de un millón de personas con trabajo temporal subvencionado. ¿Hasta cuando durará esto, dieciocho meses más, 36? ¿Y después?

—Por el momento, el trabajo temporal ha ayudado a salvar cientos de miles de puestos de trabajo. El desempleo es más caro queel trabajo temporal. Si el trabajo temporal desaparece, las empresas, al final de la crisis, tendrán que esforzarse de nuevo en buscar personas especializadas. Al mismo tiempo, con este tipo de trabajo mejoramos las cajas de la Seguridad Social. Sólo en la industria electrónica se ha destruido, debido a la crisis, una cuarta parte de la producción en Alemania. Los sectores afectados por la crisis económica deberán hacer frente a las consecuencias a partir de marzo del 2012. Después, veremos qué pasa.

—¿Cómo consolidaría La Izquierda los presupuestos del estado alemán?

—Quien piense que puede ahorrar durante la crisis, fracasará sin compasión. Sólo en el año 2010 la deuda federal llegará a los 80 mil millones de euros. Sin contar los länder y los ayuntamientos. En vez de medidas de ahorro que perjudican a los trabajadores, necesitamos programas de inversión para nuevos puestos de trabajo. Al mismo tiempo nosotros exigimos un impuesto para millonarios, así como la reforma del Impuesto sobre la Herencia. Sólo con la puesta en marcha del Impuesto para las Trasacciones Financieras el estado podría recaudar alrededor de doce mil millones de euros al año.

—Tanto Francia como Inglaterra han criticado la política alemana de exportación, a la que han considerado insolidaria e insostenible. ¿Cómo corrigiría su partido este desequilibrio de la eurozona?

—Con justicia ha sido criticada Alemania en este sentido. Sólo entre los años 2000 y 2008, el excedente de exportación ha subido de un 70 por ciento hasta casi 1,3 billones de euros. En Alemania hay una ley, desde el año 1967, que indica que hemos de tomar medidas para mantener el equilibrio de nuestra economía, sobre todo, entre los länder y el Estado central. Esto ha funcionado sólo cuando los salarios se mantuvieron acordes al desarrollo económico. Hubiésemos podido comprar más vino griego, aceitunas españolas o sardinas de Portugal, si hubiésemos logrado impulsar nuestra importación con nuestro poder de compra. Pero no pudimos. Por todo ello, hoy nuestra competitividad se basa en nuestros bajos salarios, que han perdido capacidad adquisitiva, y en el menor crecimiento de otros países de la eurozona, algo que hay que detener.

—En la prensa alemana se ha hablado de que España seguirá a Grecia. ¿Cómo valora usted este comentario?

—Los problemas con los que nos enfrentamos surgieron en el año 2007, con la crisis finaciera y económica y con una política salarial alemana errónea, que ha conducido a un masivo desequilibrio económico en la Unión Europea. Luego, los estados asumieron parte de los problemas bancarios derivados de la crisis. Me temo que tras Grecia, otros estados, cuyo acceso al mercado de capitales está cerrado, se hallarán en una situación similar. La consecuencia será una política de ahorro restrictiva con la destrucción masiva de las políticas sociales. Las exigencias para una política de ahorro y de recorte en la política social serán también cada día más fuertes en Alemania.

—Dos o tres agencias de calificación deciden el futuro de un Estado. ¿Qué propone La Izquierda para acabar con esta situación?

—Exigimos que estas agencias se hallen bajo el control del Estado. Al mismo tiempo necesitamos una Agencia de Calificación Europea, que se preocupe de lograr mayor transparencia en los mercados financieros. Tres años tras el inicio de la crisis financiera los Fondos de Alto Riesgo ganan de nuevo miles de millones de euros, los bancos emiten acciones muy ariesgadas y al mismo tiempo apuestan por su caída. Las Agencias de Calificación intentan llevar a la bancarota a Gre-
cia, España, Portugal e Irlanda. La crisis griega muestra de modo claro que los gobiernos están todavía en manos del juego de los especuladores. El dictado de la economía especulativa debe ser roto. La Izquierda exige, primeramente, seguridad en el crédito y la prohibición inmedidata de los Fondos de Alto Riesgo y de la Venta al Descubierno.

—¿Cuál es la relación de la crisis con la democracia y viceversa?

—Las protestas en Grecia muestran que las personas se han situado, de modo masivo, en contra de la destrucción de la política social. Se han dado cuenta, finalmente, de que deben pagar la salvación de los bancos. Esta percepción es la misma para las personas de Alemania o de España. Quien asienta con los planes de recortes para los trabajadores, familias y pensionistas pone en juego no sólo la superación coyuntural sino también la paz social en Europa. Algo que puede ser mucho más caro que el paraguas de protección del euro.

—Cómo contempla usted el futuro de Europa.

—Debido a los draconianos recortes en los presupuestos provocados por los paquetes de protección al euro, ponemos en peligro real todo lo que hemos logrado desde la II Guerra Mundial. La paz social en Europa está en peligro. Grecia es, posiblemente, el punto de partida de un incendio.

—El nuevo proyecto de programa político de La Izquierda ha provocado numerosas críticas en el seno de su partido. ¿Qué piensa usted de estas críticas?

—En mi opinión este proyecto es bueno y me ha admirado lo rápido que han llegado I las primeras críticas. Algunos se han expresado demasiado rápido y ha fallado la posibilidad de elaborar un juicio final. Ahora debemos organizar las discusiones sobre distintas cuestiones críticas.

—Dietmar Bartsch, miembro de su partido, ha dicho "que la propiedad privada no es ningún instrumento demoníaco". ¿Qué le parece?

—La propiedad privada es una cuestión central del capitalismo. Grandes riquezas en pocas manos han provodado grandes daños en los últimos años. El proyecto del programa del partido ha sido elaborado y presentado por Oskar Lafontaine y por Lothar Bisky y la Comisión del Programa lo ha aprobado de modo unánime. Nosotros nos hallamos en una situación confortable para discutir sobre estos fundamentos y para pelear por ellos. Pero primero tienen la palabra los miembros del partido.

Juana Vera - El Siglo

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sábado, 5 de junio de 2010

OTRO TRABAJO ¿Es necesario trabajar para vivir?

Análisis. Perspectivas del no-trabajo.

Los autores defienden que el capitalismo moderno traba e impulsa, a la vez, la autonomía de los tiempos de la reproducción y la vida.

La introducción de la ciencia en los talleres a finales del siglo XIX y comienzos del XX supuso el declive definitivo de los trabajadores de oficio hasta entonces empleados en la industria. La mecanización, fragmentación y estandarización de los procesos de trabajo que vinieron de la mano de la ciencia abrieron también las puertas al uso masivo en las fábricas de trabajadores sin ninguna experiencia previa en el trabajo industrial.

El acceso al consumo de bienes y servicios para cada vez más segmentos de la población (la reproducción y supervivencia de las sociedades, en definitiva) pasó a depender de la participación (propia o de otros miembros de la familia) en el trabajo asalariado. En consecuencia, el conjunto de las instituciones sociales fueron orientándose hacia la producción, mantenimiento, reproducción y formación de esa población de trabajadores: la "sociedad" debía ser capaz de "producir" (o "importar") asalariados en las cantidades y calidades que las empresas demandaban.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, esta gestión social de las poblaciones asalariadas fue adquiriendo una autonomía creciente con respecto a los tiempos y lugares en los que las personas trabajaban, la reposición de materiales y tecnologías o la circulación del capital financiero. Hoy, los asalariados modernos cesan su actividad laboral (se ponen enfermos, se quedan sin empleo, envejecen, disfrutan de un período de descanso) y, no obstante, siguen consumiendo. Los administradores públicos de los centros formativos proponen currículos que, sin embargo, sólo años después pueden presentar una utilidad práctica para las empresas. Los fondos socializados resultantes de las cotizaciones de los asalariados (seguros de desempleo, jubilación, enfermedad) pueden garantizarles en el futuro un poder de compra no sometido a los vaivenes de los mercados financieros. Las condiciones de vida de las poblaciones asalariadas parecen, pues, cada vez menos dependientes de las prestaciones laborales llevadas a cabo en un momento concreto.

Así pues, en nuestras sociedades, el tiempo de trabajo directamente implicado en la reproducción y mejora de nuestras condiciones de vida ha ido reduciéndose progresivamente conforme se incrementaba la automatización de los procesos productivos y, en general, la productividad del trabajo. Como consecuencia, se ha posibilitado un descenso del tiempo de trabajo humano que, en los países occidentales, se habría plasmado en diferentes fórmulas: reducción progresiva de la jornada laboral semanal, prohibición del trabajo infantil y ampliación de la escolarización obligatoria, institucionalización de la prestación por jubilación, instauración progresiva de las vacaciones remuneradas, etc. A todos estos dispositivos de reducción de los tiempos de trabajo humanos se añade otro de consecuencias menos amables: la extensión del desempleo (hoy, portada de todos los periódicos, aunque es un fenómeno consustancial a las sociedades basadas en el trabajo asalariado).

Precisamente en un contexto en el que el empleo se ha convertido en un objeto de deseo para buena parte de la población, parece difícil enarbolar la bandera del "no-trabajo como un horizontes socialmente posible, capaz de convertirse en el principio constitutivo de nuestras sociedades en lugar de actuar como una realidad restringida a determinadas etapas de nuestra vida, a ciertos segmentos de población o a minorías políticamente organizadas dispuestas a hacer del 'rechazo al trabajo' una apuesta política y vital mejor o peor formulada. El 'no-trabajo' parece constituir hoy un terreno abonado para los relatos de ciencia-ficción en los que especies alienígenas nos liberan de nuestras obligaciones laborales. Sin embargo, ¿debemos considerar el 'no-trabajo' como un cuerpo extraño a las sociedades actuales?

La historia del salariado parece inclinada a avanzar por los 'malos lados' y la reducción del tiempo de trabajo humano se expresa dramáticamente en términos de desempleo para unos y de intensificación y ampliación del tiempo de trabajo para otros (postergación de la edad de jubilación, ampliación de la jornada laboral, concentración del empleo en determinados países). Pero, al igual que la destrucción de los trabajadores de oficio posibilitó la extensión de las instituciones del salariado al conjunto de la población, dicha socialización ha hecho posible, sin pretenderlo, no sólo otros modos de distribución de la riqueza social, sino también una reducción real y aún más generalizada de los tiempos de trabajo humanos. La radicalización de esta tendencia no es pensable fuera de los dispositivos institucionales que realizan hoy la formación, el reciclaje, el mantenimiento y la reproducción ampliada de la población asalariada. Estos procesos se efectúan de manera cada vez más autónoma respecto de los tiempos de trabajo efectivos: mediante negociaciones (convenios), impuestos y cotizaciones que permiten distribuciones y repartos (parcialmente liberados así de los intercambios de valores equivalentes), en función de necesidades sociales y políticamente determinadas (de manera cada vez más descentralizada) par unos u otros colectivos. No obstante, esta producción y reproducción de la clase de los asalariados se realiza aún a espaldas de ella. La progresiva reapropiación, por su parte, de dichos mecanismos aceleraría el proceso de liberación definitiva de los tiempos de la vida de los del trabaja asalariado: no tenemos que esperar a que nos invadan los marcianos.

fuente: Jorge García López y Alberto Riesco Sanz, sociólogos - Diagonal, 27 de mayo de 2010, págs. 4-5

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martes, 1 de junio de 2010

OTRO PERIODISMO La lucha contra la pobreza en el mundo apenas merece atención en la prensa

Los pobres del mundo sólo interesan para colorear los reportajes sobre catástrofes o de costumbrismo social, lo que no les ayuda precisamente a escapar de la miseria. La lucha contra la pobreza en el mundo apenas merece atención en la prensa. Lo intuíamos, pero un estudio -"La prensa y la cooperación internacional. Cobertura de la cooperación para el desarrolo en nueve diarios europeos"- lo ha confirmado: las noticias sobre este tema sólo ocupan el 3,5% de las páginas de los diarios.

Durante tres meses se ha analizado el tratamiento que nueve diarios ingleses, franceses y españoles realizan sobre la cooperación internacional. Los diarios siguen determinados temas internacionales, generalmente vinculados a la actualidad política, y por la misma razón dejan de lado otros de gran transcendencia como los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el alivio de la deuda, el trabajo infantil y las minas antipersonales, ha asegurado Marcial Murciano, director del estudio, Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Donde gobiernan partidos de centro-izquierda es la prensa de centro-derecha la que incorpora un mayor número de noticias críticas sobre la política de cooperación. En Francia, con un gobierno de centro-derecha, es la prensa de centro-izquierda la más negativa. La cooperación para el desarrollo acaba también así en las garras de la lucha partidista, a la que tanto frenesí se aplican de un tiempo a esta parte los medios que se dicen independientes.

fuente: Cristina López - Periódico ¡Tú!, junio 2010, pág. 7, HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica)

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martes, 25 de mayo de 2010

OTRO BICENTENARIO Los obreros de Yatasto

La casa es sencilla. Típica del siglo XVIII. Blanca, alargada en el terreno, con techo a dos aguas, piso de cerámica color ciruela, galería con vista a la arboleda. La casa y el parque están encerrados entre algarrobos de un verde intenso. Selvático. En esa parte de Salta ya no hay Puna y llueve. Hay que apartarse de esta construcción que fue un casco de estancia para ver el horizonte al sur. O caminar hacia el este cruzando el pasto mientras las chicharras suenan como bocinas en el algarrobal. La pared con las placas de homenaje está ahí, a unos metros bajo el sol. Diez metros por dos de placas. De presidentes, del Ejército, de la Marina, de la Aeronáutica, de un Concejo Deliberante, de un intendente, una escuela, una delegación extranjera. Lo que corresponde. Para eso es la Posta de Yatasto, donde la tradición dice que se encontraron Manuel Belgrano y José de San Martín en enero de 1814. “Y también estaba Güemes”, informará el cuidador, tan salteño como Martín Miguel.
Una sola placa desentona de la solemne presencia de las demás. Está hacia el norte de la pared, la escribieron con letra cursiva y dice así: “1810-1910. El Centro Obrero de San José de Metán dejan este humilde recuerdo de la Independencia a donde descansaron los generales San Martín y Belgrano, que nos dieron Patria y Libertad. Yatasto, 25 de Mayo de 1910”.

Metán está muy cerca de Yatasto. Hoy es un centro sojero, de cereales y de porotos. ¿Qué trabajadores estaban tan organizados como para agruparse, así fuese para un homenaje, en el Metán de 1910? Anarquistas no eran. Los anarcos no suelen cantar a la patria y estaban preocupados, más bien, por aguar la fiesta del Centenario en Buenos Aires. ¿Será cierto que el 25 de mayo de 1910 la Avenida de Mayo no tuvo sus luces a pleno por un sabotaje? Indicios hay. Seguro es cierto que la aristocracia prohibió hasta el circo y cerró preventivamente La Batalla y La Protesta, los periódicos anarquistas, antes del 25 de mayo. Para que ni una letra enturbiara el orden del festejo.

En la placa no hay, tampoco, referencia de que fueran trabajadores socialistas.

¿Sería alguno de los centros de obreros construidos por la aristocracia del noroeste junto con los obispos de la zona para compensar la fuerza de anarquistas y socialistas? ¿Esos mismos centros que, por fuerza de la realidad, a veces terminaron dándose vuelta con sacerdote y todo contra la oligarquía salteña?

Una rareza. En Yatasto, frente a la pared de placas de bronce, es difícil resistir la tentación de curiosear hilando datos e imaginando hipótesis. En 1910 San Martín no era, todavía, un objeto de culto. Ricardo Rojas publicó El Santo de la Espada recién en 1933. Es verdad que los restos fueron trasladados de Francia y colocados en un terreno junto a la Catedral en 1880. Es cierto que Bartolomé Mitre publicó su Historia de San Martín y la emancipación Sudamericana en 1887. Pero el culto a los próceres se institucionalizó más tarde, en los años ’40. Yatasto, por ejemplo, fue declarada monumento histórico en 1942.

Pero además, ¿por qué los obreros de Metán eligieron a San Martín y Belgrano para el centenario de la Revolución de Mayo? ¿Qué asociaron para romper la previsibilidad burocrática de 1910 en relación con 1810 y colocar allí innovadoramente a San Martín?

¿De qué trabajaban esos obreros de Metán que un día fueron hasta Yatasto y dejaron su placa? ¿Eran “las gentes que llevan impresos los síntomas de un paludismo agotante y matador”, como escribe Juan Bialet Massé en su “Estado de las clases obreras argentinas de 1904”, sin duda uno de los trabajos más importantes de la historia de este país? ¿Tendían las vías del ferrocarril? La palabra Metán aparece en el maravilloso libro de Bialet Massé, el republicano catalán que Joaquín V. González, el ministro del Interior de Julio Roca, contrató para que escribiera una descripción certera de la situación laboral en la Argentina. Los obreros habían pasado de trabajar diez horas y media a emplearse nueve horas. Preguntó Bialet Massé por qué no ocho. Le contestaron que si los trabajadores del Ferrocarril Central Norte pasaban más tiempo en el trabajo, se emborrachaban menos. Y el catalán registra que trabajo no falta: dos trenes diurnos de pasajeros y cuatro nocturnos de carga. El trato patronal es bueno. El problema, que se extiende más al norte hasta Perico, en Jujuy, es el paludismo. Los jefes de estación mueren antes de cumplir cinco años de servicio.

Cuenta Bialet Massé que el Central Norte tiene una sociedad de socorros mutuos. “Pero mal entendida”, escribe. Y explica: los propios obreros tienen que hacerse cargo de la quinina contra el paludismo y de pagar a los médicos, y la sociedad entra con frecuencia en quiebra.

En la zona, la mayoría de los obreros del ferrocarril es criollo. “Sólo el criollo del interior puede aguantar tan miserables sueldos”, razona el investigador.

“Cierto que adolece de defectos y tiene vicios arraigados, pero no es su obra ni es responsable de ellos”, dice. “No se tiene en cuenta que durante ochenta años se le ha pedido sangre para la guerra de la Independencia, sangre para guerras extranjeras, sangre para guerras civiles, y a fe que ha sido pródigo en darla.”

Las máquinas, los trenes y los talleres del ferrocarril mezclaron a los obreros criollos y a los europeos.

¿Cuántos de los que llevaron la placa hasta Metán eran descendientes de guerreros de la Independencia? Todavía hoy, en Perú, se usa la frase “más terco que mula tucumana”. Eran tucumanas las mulas para las minas de Potosí y Huancavelica que desde el siglo XVI fueron llevadas por el mismo camino que antes habían usado los pueblos originarios. El mismo camino apretado en la Quebrada de Humahuaca que recorrerían a fines del siglo XIX y durante el siglo XX los trenes, hasta que Carlos Menem los convirtió en baldíos polvorientos. El mismo camino que cabalgaron y por donde marcharon a pie soldados y guerrilleros de la emancipación.

Siempre vale la pena imaginar los primeros años del siglo XIX desde el Noroeste. No es para oponer tontamente la historia de una región. Es para completar. Ningún otro lugar de la Argentina tiene esa tradición oral y geográfica tan fuerte, igual a la de Bolivia. En ningún otro sitio, a uno u otro lado de la frontera, se sienten con tanto realismo las guerras de independencia. La bandera blanquiceleste de Vilcapugio está en la Casa de la Libertad de Sucre, la antigua Chuquisaca. También el retrato de Juana Azurduy, que “por acciones heroicas nada comunes a su sexo” fue nombrada por Belgrano con el grado de teniente coronel de Milicias Partidarias de los Decididos del Perú. En la Universidad de Chuquisaca se recibieron de abogados Moreno, Castelli y Bernardo de Monteagudo. A 200 metros de allí comenzó la Constituyente que convocó Evo Morales y terminó produciendo la Constitución del Estado plurinacional boliviano.

Los caminos siempre fueron los mismos.

Vuelto como jefe militar a Chuquisaca, Castelli prohibió la servidumbre indígena y propuso conceder el voto a los humillados. Hizo redactar los decretos en castellano, aymara, quechua y guaraní. Y festejó el 25 de mayo de 1811 en Tiahuanaco.

Cada nombre de Salta o de la Quebrada de Humahuaca es una zamba. Y si no es zamba, fue batalla. Y fue sangre, como descubrió Bialet Massé con una perspectiva histórica que se envidia más de un siglo después en este Bicentenario, frente a tanta discusión módica.

Una obsesión módica es preguntarse qué proyecto tenían los miembros de la Primera Junta exactamente el 25 de mayo de 1810. ¿La independencia? ¿La autonomía? ¿La recuperación transitoria de soberanía? Rara la obsesión. El 25 de mayo de 1810 sucedió hace 200 años. Se trató de un día, claro, y por eso tiene su valor de símbolo y conmemoración. Pero pensar es otra cosa distinta a ubicarse como si uno estuviera el 26 de mayo de 1810 y debiera imaginar el futuro en caliente. ¿Acaso hoy no disfrutamos de la perspectiva histórica suficiente como para destilar la reconstrucción de un tiempo que fue de independencia y de autonomía, localista y a la vez internacional, rioplatense y americano, con raíces en el incario y también en Londres, con toques de Haití y de la batalla de Ayacucho? ¿Es tan difícil pensar la historia como un proceso más rico que un reportaje al paso?

Otra obsesión es 1910. Circula un elogio rudimentario: en 1910 sí que había proyecto de país (hoy no), sí que había clase dirigente (hoy no), sí que había inserción económica en el mundo (hoy no), sí que la Argentina figuraba entre los principales países del planeta (hoy no). El elogio intenta comparar un país en pleno proceso migratorio, con obreros e industrias apenas en estado de espermatozoides y habitantes todavía sin derecho al sufragio universal, con la compleja Argentina de 2010. Y, como en el caso anterior, prefiere el fetichismo de un día a la historia de tranco largo. Con un agregado: muchas de las realizaciones de los conservadores de aquel tiempo fueron destruidas no por socialistas, anarcos, yrigoyenistas, peronistas de cuño laborista o izquierdistas de todo linaje sino por los neoconservadores que se reclaman herederos de la elite de 1910.

El pasado tiene una ventaja y una desventaja: así fue. No tiene vuelta. Se puede ser nostálgico, como el tango. O tierno, como los obreros de Metán con su “humilde recuerdo”. Pero quedarse en el pasado es melancolía, y la melancolía mata. La Argentina vive hoy injusticias horribles. Queda mucha construcción social pendiente. Sin embargo, desde los primeros años del siglo XIX que los argentinos no estaban envueltos en una ola de transformación en sintonía con muchos de sus vecinos. Una ola de transformación, entonces y hoy, heterogénea, contradictoria y diversa pero tan cálida y maciza como una placa de bronce junto a los algarrobales.

Martín Granovsky - Página 12

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sábado, 15 de mayo de 2010

OTRA JUSTICIA Michael Sandel: "Garzón trabajaba por la dignidad de los españoles"

Tengo 57 años: con la edad escribo menos para la Academia y más para toda la sociedad. Vivo en Boston: enseño en Harvard desde 1980. Casado con la sefardí Kiko Adato: dos hijos, que hablan español. Los límites de la justicia son los de nuestra identidad. Colaboro con el CCCB.

- ¿Si he votado a Montilla o Zapatero, soy responsable de su buena o mala gestión?

- Si se toma en serio la democracia, sí.

- ¡Pero yo sólo decido mi voto: no sus actos como gobernantes!

- Quien vota a un gobernante es moralmente responsable de cuanto haga o deje de hacer ese gobernante. Porque es esa responsabilidad la que legitima tu derecho a votar y a exigir al votado que cumpla sus promesas.

- ¿Por tanto quien votó a Bush -y a Aznar- es responsable de la guerra de Iraq?

- Por supuesto. Si los votantes no fueran corresponsables de los actos de quienes eligen, y, por tanto, de esa declaración de guerra, la democracia sería una farsa tan absurda como elegir a los gobernantes por sorteo.

- Pues Hitler ganó unas elecciones.

- Y eso convierte a quienes le votaron en corresponsables morales de los crímenes que cometió, pero yo aún iría un paso más allá...

- ¿Más aún...?

- Yo no voté a George Bush júnior...

- Yo tampoco.

- ... Pero como ciudadano americano soy -menos que quienes le votaron, pero también- corresponsable de esa declaración de guerra a Iraq. Igual lo es usted, votara o no a Aznar. Si Estados Unidos es una democracia, como estadounidense soy responsable en parte también de los actos de mi presidente, aunque no le haya votado.

- ¿Y a qué le obliga esa responsabilidad?

- A esclarecer, recordar, pedir perdón e indemnizar a las víctimas de mi país. Si no asumo esa responsabilidad sobre el pasado de mi nación, no puedo sentirme ciudadano legítimo en el presente. No la merezco.

- ¿Quiere que me responsabilice hasta de la viruela que llevó Colón a América?

- Estamos llegando a la médula del asunto: la justicia. Y siempre duele. Le está doliendo. Y, sí, es usted responsable moral de los actos de sus antepasados. También de Colón.

- Señor: mi moral y yo tenemos límite.

- Ese límite de su responsabilidad será también el de su legitimidad como ciudadano y el de orgullo de serlo. Yo no esclavicé a nadie, pero, como ciudadano americano, soy responsable de la esclavitud y eso significa que asumo la reparación moral - y en la medida de lo posible la material- que mi país debe a los esclavos y sus descendientes.

- Pero usted no desciende de esclavistas.

- Mis padres, judíos, sufrían pogromos en Rusia cuando los africanos libres eran esclavizados en el sur de Estados Unidos de América, pero, si quiero beneficiarme hoy de las ventajas de ser americano y estar orgulloso de serlo, también debo asumir los crímenes de EE. UU. en su historia y repararlos.

- ¿Debo pagar con mis impuestos indemnizaciones por crímenes que no cometí?

- Así es: Reagan indemnizó con mis impuestos y mi beneplácito a los estadounidenses que fueron encerrados en campos de concentración durante la II Guerra Mundial; De igual forma, Tony Blair pidió perdón a los irlandeses por el injusto trato que Gran Bretaña les deparó durante siglos... Y por esa misma razón, los alemanes jóvenes de hoy han sufragado con sus impuestos daños infligidos a los judíos por el nazismo.

- ¿El juez Garzón estaba legitimado para enjuiciar a Pinochet? ¿Y para enjuiciar los crímenes del franquismo?

- En una guerra civil se produce una colisión entre la necesidad de justicia y la de convivencia. Y no es fácil juzgarlos desde la distancia histórica. A menudo, al principio es imprescindible cierta amnesia para la convivencia, pero sólo podemos admitirla de forma pasajera, y la prueba es que, cuando una democracia se restablece, la siguiente generación siempre necesita asumir su pasado, esto es: enfrentarse a él para bien y para mal. Pasa en Alemania y pasa en España...

- Se ha penalizado al juez Garzón por investigar ese pasado.

- Garzón trabajaba para que fuera posible ser ciudadano español con dignidad: un ciudadano consciente y responsable de las atrocidades de la historia de su país, un ciudadano que las esclarece, las afronta y después las repara. Sólo así puedes sentir la dignidad - y si quiere el orgullo-de ser español.

- ¿No es mejor olvidar y seguir adelante?

- Olvidar y perdonar son cosas diferentes. Sólo puede haber justicia y, por lo tanto, perdón si no hay olvido.

- Aquí hubo una amnistía con olvido.

- No hay amnistía válida moralmente si va acompañada del olvido. En el caso de la guerra civil española, no habrá justicia hasta que se esclarezcan los hechos y se reparen e indemnicen en lo posible. Primero todos tienen que aceptar la verdad, después repararla y luego podría llegar el perdón.

- ¿Dónde está el límite en el tiempo y el espacio de la responsabilidad moral y de la justicia universal? ¿Soy responsable de todos los crímenes de la humanidad sólo por ser humano?

- Es la gran pregunta ética de nuestra época que analizo en Justice (justicia), pero no tiene respuesta simple. Se irá respondiendo a medida que nos definamos.

- ¿En qué sentido?

- Los límites de la justicia los pondrá nuestra definición de nosotros mismos: ¿somos seres humanos o sólo españoles, o sólo catalanes o sólo europeos?

- ¿O todo a la vez?

- Las identidades que asuma darán la medida de su responsabilidad moral y, por tanto, de su dignidad como persona.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

OTRO TRABAJO Manifiesto "Hay motivos, hay huelga general"

Para firmar el manifiesto visita:

http://haymotivoshayhuelgageneral.blogspot.com

Ante las medidas de abierto perfil antisocial que el Gobierno español aprobará en el Consejo de Ministros del próximo viernes 21 de mayo, los/as trabajadores/as de toda clase que vamos a ver recortados nuestros derechos laborales hacemos un llamamiento a la sociedad española en su conjunto para que transforme su descontento con estas medidas en una respuesta contundente al Gobierno en forma de huelga general, para la que consideramos que existen motivos más que suficientes:

- el derecho al trabajo, recogido en la Constitución española, está siendo negado actualmente a un número total de 5.558.111 personas (datos del mes de abril del Ministerio de Trabajo);

- ninguna de las medidas impuestas por el Gobierno español van encaminadas a la creación de empleo ni a la mejora de las condiciones laborales de las/os trabajadoras/es;

- la drástica reducción en la oferta de empleo público no obedece a ningún objetivo de convergencia europea, pues el porcentaje de empleo público en el Estado español es del 9,5%, tan sólo superior al de Austria, Italia y Portugal, y muy por debajo del 21% de Suecia;

- la disminución de un 5% este año, y la posterior congelación, del sueldo de los funcionarios incumple unilateralmente el Acuerdo para la Función Pública 2010-2012, firmado por el Gobierno y los sindicatos UGT, CC.OO. y CSI-CSIF que contempla una subida salarial del 0,3% y el mantenimiento del poder adquisitivo en 2012;

- el índice de población en riesgo de pobreza es del 20%, tan sólo por detrás de Letonia, según el informe de Protección e Integración Social, publicado en 2009 por la Comisión Europea con datos de 2007;

- la congelación de las pensiones contributivas incumple los acuerdos del Pacto de Toledo, que obligan al Gobierno a tomar cualquier tipo de medida sobre las mismas mediante consenso;

Además de lo expuesto anteriormente, el 'esfuerzo nacional' al que nos llama el Gobierno es soportado sólo por la clase trabajadora del Estado español, mientras a las clases adineradas, que también forman parte de este país, no se les exige ningún sacrificio: ni recuperación del impuesto del patrimonio, ni mayor gravación fiscal para las SICAVs, etc.

Por último, la eliminación de algunas prestaciones como el denominado 'cheque bebé' no tiene en cuenta el nivel de renta de los/as beneficiarios/as, a lo que hay que unir la ya próxima subida del IVA que también afectará a todas/os las/os ciudadanas/os independientemente de su situación económica.

La mayoría social de este país no puede seguir siendo la mayoría silenciosa que pague un precio muy alto por una salida de derechas a esta crisis. De ella o salimos todas/os sin recortes de derechos o no saldrá nadie.

Por una salida social a la crisis, contra un recorte del déficit que se traduce en un recorte de los derechos laborales y sociales recogidos en la Constitución. Por todo ello,

"Hay motivos, hay huelga general"

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domingo, 25 de abril de 2010

Seguimos en facebook

Continuamos nuestra actividad en facebook: convertiremos nuestras páginas en grupos, no enviaremos más de tres mensajes al día de entre nuestras diferentes iniciativas y eliminaremos algunos de nuestros actuales grupos. Gracias por seguir ahí con nosotras/os

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miércoles, 21 de abril de 2010

Estamos de huelga (sin usar facebook)

Estamos de huelga (sin usar facebook) hasta el próximo 24 de abril. Si este domingo facebook no nos devuelve el control de las páginas que nosotras/os mismas/os hemos creado y no nos devuelve a nuestro perfil la información de las páginas y los grupos de los que somos miembros, estudiaremos otras opciones para integrar nuestra actividad en otro medio y abandonar facebook. Os mantendremos informadas/os. Un saludo

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domingo, 11 de abril de 2010

OTROS LIBROS Joe Sacco excava con sus viñetas en las matanzas olvidadas de Gaza


El dibujante y periodista maltés Joe Sacco excava con las viñetas de "Notas al pie de Gaza" en aquellas historias que la Historia olvida, como las matanzas de Khan Younis y Rafah de 1956, que provocaron centenares de palestinos muertos y apenas alguna mención en informes de la ONU.

"El pasado importa porque explica cómo hemos llegado hasta aquí. Mi objetivo en el libro fue recuperar aquellos hechos que importaron mientras todavía hay gente que los recuerda" ha explicado a Efe Joe Sacco (1960) en una entrevista telefónica.

En 1956, durante la Guerra del Sinaí, conflicto que siguió a la nacionalización del canal de Suez, los israelíes tomaron la franja de Gaza, controlada por Egipto, y los enfrentamientos con los refugiados palestinos fueron inmediatos.

"Notas al pie de Gaza" (Mondadori) relata en forma de cómic la investigación sobre esos hechos que Sacco llevó a cabo entrevistando testigos en Khan Younis y Rafah durante dos meses, revisando textos en la sede neoyorquina de la ONU y contratando a dos investigadores israelíes que revisaron archivos de las Fuerzas Armadas de Israel.

Sacco huye de la objetividad que, en su opinión, se reduce en la prensa a "contar la versión de ambos bandos", y se define como un investigador "honesto", que busca acercarse lo más posible a una verdad que "casi nunca está en el punto intermedio de las versiones de cada parte".

El autor cree que su cómic "impacta" porque "en cuanto el lector lo abre está en Gaza" y explica que con la imagen puede "contar cosas que pasan en segundo plano" y a las que ni siquiera hace referencia en el texto, como los niños. "Siempre hay niños alrededor de ti persiguiéndote cuando caminas por Gaza", afirma.

Con claras influencias de Robert Crumb en su forma de dibujar, las viñetas de Sacco, en blanco y negro, están cargadas de fuerza y realismo, y del dramatismo que aportan las escenas panorámicas de una Gaza desolada y los primeros planos de los testigos.

Cuando Sacco estuvo en Gaza sacó fotografías, tomó notas y entrevistó "exhaustivamente" a los supervivientes de aquellas matanzas. De regreso a Portland, en Estados Unidos donde reside, escribió el guión de la historia.

"Sabía que estaba trabajando con material complejo, dos masacres. Dibujé y diseñé la historia esperando que fuera accesible, pero sobre todo quería contar de forma honesta una realidad compleja y creo que funciona", señala el autor.

En "Notas al pie de Gaza" Sacco, concluye que el 3 de noviembre de 1956 soldados israelíes entraron en Khan Younis y revisaron las casas en busca de soldados árabes. Muchos palestinos fueron asesinado en sus hogares, aunque la mayoría fueron obligados a marchar hacia el norte de la ciudad, donde sufrieron sucesivos tiroteos.

El informe de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) cifra en 275 el número de muertos ese día en la ciudad del sur de Gaza; mientras que 60 son los muertos oficiales en Rafah el 12 de noviembre, día que comenzó con el aviso de que todos los hombres jóvenes tenían que reunirse en la escuela.

Los que consiguieron llegar sufrieron golpes en la entrada y fueron apiñados unos encima de otros durante horas. La llegada de extranjeros, quizás de la ONU, detuvo la matanza, añade el libro de Sacco.

"No hubo resistencia palestina. En todas las entrevistas que he hecho y todos los testimonios que me han contado no hay ninguna muestra de ello. La gente murió a sangre fría en Khan Younis y Rafah en 1956", asegura Sacco.

El dibujante sostiene que los hechos de 1956 "brutalizaron a la población palestina". "Y en el futuro veremos que lo que yo cuento de la situación actual, de cómo se derriban casas y se convive con el sonido de los ataques en Gaza, hará mella en una nueva generación que crece con frustración, enfado y, en muchos casos, odio", añade.

Ante la posibilidad de una solución, Sacco tiene esperanza, pero advierte que esta pasa por tratar temas clave, como Jerusalén.

Después de "Notas al pie de Gaza", un libro "realmente difícil de dibujar", Sacco anuncia que sus próximos trabajos hablan de la emigración árabe en Europa y de la pobreza en India.

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jueves, 11 de marzo de 2010

OTRA COOPERACIÓN 744 médicos cubanos instalados en Haití desde hace doce años

"Vamos a estar cuando todos se hayan ido".

Llegaron en el '98, con los huracanes, como un contingente de ayuda. Después del sismo fueron referentes para todos los médicos.

Más de 34.500 pacientes, 2728 operaciones –de ellas, 1297 cirugías de alta complejidad–, 380 amputaciones de miembros superiores y 644 de miembros inferiores. 744 médicos, enfermeros y laboratoristas, 18 equipos quirúrgicos, tres hospitales estables en Puerto Príncipe y centros de atención en los 10 departamentos de Haití. Ese era el resumen de las dos semanas posteriores al terremoto que hicieron el viernes a la noche las brigadas médicas cubanas en una tienda de campaña en el corazón de la capital haitiana.
Los cubanos no aterrizaron en Haití como héroes en helicópteros de guerra frente al Palacio de Gobierno en ruinas ni deslumbraron al mundo rescatando de entre los escombros a ancianos y bebés dejados por muertos. No. Los médicos cubanos llegaron hace muchos años y en silencio. Y en silencio también fueron los primeros en atender a las víctimas del terremoto, junto a los profesionales del Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea argentina. Y en silencio también serán los que se queden cuando la atención internacional se desvanezca.

“Muchas delegaciones ya empezaron a irse y la ayuda que llega no es la misma que al principio. Como lamentablemente pasa, en algunos días aparecerá otra tragedia, en otro país, y el pueblo de Haití quedará en el olvido y librado a su propia suerte”, diagnosticó el jefe de la misión médica permanente de Cuba en el devastado país caribeño, Carlos Alberto García Domínguez.

La historia le da la razón. La Habana envió a sus primeros médicos a Haití después del huracán George en 1998, cuando el 80 por ciento de los cultivos del país más pobre del continente había quedado totalmente destruido y la ONU pronosticaba una crisis humanitaria. Desde entonces, se enfrentaron a una serie ininterrumpida de huracanes y tormentas tropicales, que dejaron al país bajo el agua una y otra vez y a miles de personas muertas. En cada desastre natural vieron llegar la ayuda del mundo y la vieron irse. El martes 12 de enero, cuando la tierra comenzó a moverse y los edificios a agrietarse, las brigadas cubanas eran la única fuerza médica con insumos y capacidad para atender a víctimas en todo Haití.

“En un primer momento se montó un hospital de campaña donde viven nuestros médicos, en la parte de atrás del Palacio de Gobierno. Se montaron unas carpas, incluyendo un quirófano, y se comenzó a operar”, relató vía telefónica el doctor García Domínguez. Según contó, no tuvieron que ir en busca de las víctimas; las colas se armaron apenas dos horas después del terremoto en la plaza más cercana. “Hace mucho que estamos acá y la gente sabe dónde vivimos”, explicó. En esa tienda de emergencia se hicieron las primeras amputaciones. “Teníamos anestesia, pero sólo para aplicarla en dosis locales. Es algo terrible tener que amputar un miembro con anestesia local”, recordó.

El veterano médico habla con la calma de quien está acostumbrado al caos, la tragedia y el dolor. Hace más de un año y medio que está trabajando en Haití como jefe de la misión cubana. Cuando el terremoto sacudió al pequeño país caribeño estaba justo de vacaciones en La Habana, según contó con una mezcla de vergüenza y bronca. Ese mismo día juntó a una brigada médica de refuerzo, litros de plasma y sangre y cargó todos los insumos básicos que le entraron en el vuelo charter.

Cuando llegó, sus compañeros en Puerto Príncipe hacía 24 horas que operaban sin parar. “Lo primero que hice fue hablar con la seguridad de los hospitales públicos que estaban en pie para que nos abrieran las puertas”, recordó. La segunda noche después del terremoto, la misión cubana operaba y atendía pacientes en tres hospitales de Puerto Príncipe.

“Lo más difícil –aseguró– fue intentar que los pacientes operados se quedaran internados. Estaban aterrorizados y no querían quedarse dentro del edificio. Tuvimos que instalar carpas afuera, en las calles y los parques, aunque no era lo más higiénico.”
Con la llegada de misiones médicas y ayuda internacional la situación fue mejorando de a poco, explicó García Domínguez. En las últimas dos semanas profesionales de España, Chile, Venezuela, Colombia y Alemania se sumaron al trabajo contra reloj en los hospitales manejados por los cubanos. Lo mismo hicieron unos 400 haitianos recién recibidos o a punto de terminar sus estudios de Medicina en La Habana.

La misión de médicos argentinos que volvió al país la semana pasada también trabajó junto a los cubanos, a quienes les derivaban los pacientes quirúrgicos en Puerto Príncipe y en otras ciudades afectadas, como Leogane. “Se pusieron totalmente a nuestra disposición”, recordó con agradecimiento Selva Font, voluntaria de Cascos Blancos.

Estados Unidos, en cambio, se niega a acercarse a los cubanos. Sin contar la misión de paz de la ONU, Washington y La Habana son los dos países con más gente desplegada en el devastado país. El gobierno cubano y hasta el mismo Fidel propusieron una cooperación humanitaria. La Casa Blanca optó por el silencio, aun después de que Cuba le cediera su espacio aéreo para que la ayuda norteamericana tardara cinco horas menos en llegar a Puerto Príncipe.

Según el relato que hizo García Domínguez, la capital haitiana intenta volver a pararse. Algunos negocios venden agua y combustible, y la vida comercial está reviviendo de a poco. La electricidad, en cambio, sigue siendo sólo un recuerdo. “En cualquier otro país eso significaría caos, pero acá ya estamos acostumbrados. La electricidad nunca fue estable en Haití”, explicó el médico.

De día, aseguró, la ciudad parece estar ganando de vuelta su ritmo. Pero al caer la noche se ve la verdadera dimensión de los estragos que dejó el terremoto. “Las avenidas más grandes de la ciudad se llenan de gente. Es algo terrible. Son personas y personas, durmiendo una al lado de la otra. No son algunos, sino casi toda la población”, describió.

Tres semanas después del terremoto y con las primeras señales de recuperación apenas asomando, los contingentes extranjeros ya organizan su salida definitiva. “Es una pena porque el pueblo haitiano aún nos necesita”, se limita a comentar García Domínguez. Su equipo de casi 800 médicos y enfermeras, en cambio, se dedica a hacer planes: campañas de vacunación contra el tétanos, despliegue en todo el país de brigadas de control higiénico y epidemiológico, fumigaciones y la llegada de un equipo de salud mental para ocuparse de la gente que perdió más que su casa y su negocio.

“La verdad es que a uno le choca ver que los haitianos no han logrado recuperarse de una tragedia y ya les está cayendo otra. Nos desconcierta –aseguró, y se tomó un segundo para ahogar la tristeza, que se escapa entre sus palabras–. Pero lo que nos queda es que prevalece la voluntad. Uno nunca pierde el optimismo de que este pueblo tenga un futuro mejor, porque realmente lo merece.” Por eso él y sus compañeros se quedan en Haití, porque para ellos las palabras de esperanza que hoy repite el mundo entero no son sólo una expresión de deseo.

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lunes, 1 de marzo de 2010

OTRA OPINIÓN Una vez más, las pensiones por Vicenç Navarro


Una vez más estamos viendo una avalancha liberal alarmando a la población diciéndole que el sistema de pensiones no es sostenible y tiene que sufrir cambios profundos que significan, todos ellos, una disminución de las pensiones. Entre estos cambios se incluye el retraso obligatorio de la edad de jubilación de 65 a 67 años. La mayor justificación para esta medida es que la esperanza de vida de la población española ha crecido cuatro años en el periodo 1980-2005, pasando de 76 a 80 años. Por lo tanto, los pensionistas están gozando de sus pensiones cuatro años más ahora que hace 25 años, lo cual –se nos dice– hará insostenible el sistema de pensiones al aumentar el periodo de beneficio cuatro años más cada 25.

El problema con este argumento es que es erróneo, pues ignora cómo se calcula la esperanza de vida. Supongamos que España tuviera sólo dos habitantes: Pepito, que muere al nacer, y la señora García, que tiene 80 años. La esperanza de vida promedio de España sería (0+80)/2=40 años. Supongamos que en un país vecino hubiera también dos ciudadanos: Juanito, que tiene 20 años, y la señora Pérez, que tiene 80 años. La esperanza de vida promedio de este segundo país es (20+80)/2=50 años. El hecho de que este país tenga diez años más como promedio en su esperanza de vida que España no quiere decir (como constantemente se dice) que la señora Pérez viva diez años más que la señora García. Lo que ocurre es que Juanito vive 20 años más que Pepito. Y esto es lo que ha ocurrido en España (y en Europa). El enorme descenso de la mortalidad infantil y la mortalidad de los grupos etarios más jóvenes ha sido la mayor causa del aumento de la esperanza de vida promedio. Ni que decir tiene que la población anciana vive ahora más que hace 20 años. Pero no los famosos cuatro años que constantemente se citan. Se está exagerando (deliberadamente, en muchas ocasiones) el aumento de la longevidad (años de vida) de la ciudadanía para justificar la reducción de las pensiones.

Por otra parte, este aumento de años de vida varía considerablemente según la clase social de la persona. España es uno de los países con mayores desigualdades sociales en el mundo desarrollado. En nuestro país hay un gradiente muy marcado de mortalidad según la clase social. Exigirle, por lo tanto, a la mujer de la limpieza de la universidad (cuyo nivel de salud a los 65 años es igual al que tiene el catedrático emérito a los 75 años) que trabaje dos años más para pagar la pensión a este último es una profunda injusticia. Pero esto es, precisamente, lo que están proponiendo los que piden que se aplace obligatoriamente la edad de jubilación. Proponen que las clases menos pudientes (que vivirán menos años) trabajen más para pagar las pensiones de las clases más pudientes, que les sobrevivirán muchos más años.

Otro argumento que se utiliza para argumentar la insostenibilidad de las pensiones es que la juventud se incorpora más tarde al mercado de trabajo (antes a los 18 años, ahora a los 24) y las personas de edad avanzada se jubilan antes, con lo cual hay menos trabajadores con cuyas cotizaciones se pueda sostener a los pensionistas. Tal argumento ignora tres hechos. Uno es que la prejubiliación es algo corregible. En España las prejubilaciones se están utilizando para ayudar a los empresarios que quieren despedir a sus trabajadores de mayor edad. Esta situación debería prohibirse, como ya ocurre en varios países europeos. Si un empresario quiere disminuir su fuerza de trabajo y jubilar a sus trabajadores, debería ser la empresa la que absorbiera estos costes en su totalidad.

Otro hecho que aquel argumento ignora es que el retraso de entrada en el mercado de trabajo por parte de los jóvenes se debe a que la mayoría están educándose, adquiriendo mayor conocimiento, con lo cual, una vez se integren en el mercado de trabajo, tendrán mayor productividad, conseguirán mayores salarios y aportarán, por lo tanto, mayores cotizaciones sociales.

Lo cual me lleva al tercer hecho que aquel argumento ignora: el impacto del crecimiento de la productividad en la riqueza del país y, por lo tanto, en los recursos disponibles para pensionistas y no pensionistas. Constantemente se dice que el número de trabajadores cotizantes por pensionista será menor, derivándose de este hecho que las pensiones no se podrán pagar. Ahora bien, decir que habrá pocos trabajadores para sostener las pensiones es similar al argumento que pudiera haberse dicho hace 30 años cuando el 30% de la población trabajadora sostenía la agricultura del país. El descenso del número de trabajadores en agricultura (hoy es sólo el 4%) no quiere decir que haya disminuido la producción de alimentos, al contrario, ha aumentado la productividad enormemente. Con menos trabajadores se produce más alimento. Pues bien, sustituyan la palabra agricultura y pongan pensiones. El aumento inevitable de la productividad de un número menor de trabajadores puede sostener e incluso expandir las pensiones sin ningún problema. La ignorancia de este hecho lleva constantemente a errores mayores, como ocurre en el informe del Gobierno sobre las pensiones. Este comienza con una nota que intenta ser de alarma. Dice que hay 8 millones de pensionistas en 2010 y habrá 15 en 2040, de lo cual deduce (sin indicar por qué) que tenemos un problema grave. Pero ignora que en 2040 el PIB de España habrá crecido y será, como mínimo, más de siete veces el existente hoy. Se olvida con excesiva frecuencia que España consumía hace 40 años el 4% del PIB en pensiones y ahora más del doble, el 8,6%, y ello no ha supuesto que los no pensionistas tengan menos recursos. Todo lo contrario, tienen más, pues el tamaño de la tarta (el PIB) es 17 veces mayor.

Una última observación. La viabilidad de las pensiones no es un tema demográfico ni tampoco económico. Es única y exclusivamente político. La enorme popularidad (entre todos los grupos etarios) del sistema de pensiones público hace que la sociedad siempre pueda encontrar cómo conseguir los recursos, bien a través de las cotizaciones sociales, bien a través de los impuestos generales, para financiarlas.

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sábado, 27 de febrero de 2010

OTRO HUMOR Jubilación a los 67 años (por J. R. Mora)

El gobierno quiere subir la edad mínima para la prejubilación de los 52 a los 58 años y estirar la jubilación de los 65 hasta los 67 años.

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martes, 23 de febrero de 2010

OTRO TRABAJO Aumentar la edad de jubilación es bajar las pensiones


El Gobierno cuestiona la viabilidad de las pensiones mientras anuncia un recorte del gasto público de 50.000 millones sólo unos meses después de aprobar los presupuestos para 2010.

Primero, el Gobierno filtró el Documento sobre Revisión del Pacto de Toledo, después, anunció que se retiraban las medidas más controvertidas de la propuesta que se iba a enviar a Bruselas y, más tarde, María Teresa Fernández de la Vega aclaraba que la propuesta pasará por los cauces del Diálogo Social. Finalmente el ministro de Trabajo, el encargado de encender las alarmas sobre el sistema de pensiones públicas, dudó en el Congreso de que el Gobierno vaya a poner “sobre el papel” una medida que ha llevado a CC OO y UGT a convocar una movilización estatal el 23 de febrero.

Esto traslada el debate al Pacto de Toledo, suscrito en 1995 y “constituido por el acuerdo entre las fuerzas políticas y los interlocutores sociales”, como significa el Ministerio de Trabajo en un informe sobre el desarrollo de este pacto. La posibilidad de aumentar la edad para la jubilación de 65 a 67 años y el aumento del periodo de tiempo con el que se calculan las pensiones, son los aspectos más destacados de una propuesta que es “singularmente antisocial”, en palabras de Isabel Otxoa y Mikel de la Fuente, profesores de derecho del trabajo de la Universidad del País Vasco.

José Luis Carretero, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA) considera que la mediación de los representantes del Pacto de Toledo puede hacer, en efecto, que se limiten algunas de estas medidas “pues hay representantes que por razones ideológicas (como algún sindicato o partido) o por razones oportunistas (PP) pueden impedir o, al menos, obstaculizar la ampliación de la edad de jubilación”. Para Daniel Albarracín, del grupo de estudios de Comisiones Obreras, lo que evidencia esta propuesta, que ha sido aplaudida por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son “las presiones del sistema financiero y de seguros para aumentar en la previsión social el peso de los planes de pensiones privados; para conformar un sistema mixto”. El hecho de que el PSOE haya puesto en duda el sistema obedece, para José Luis Carretero a que la idea de que “metiendo miedo a la población” se está avanzando en la “línea de fomentar los planes de pensiones que venden bancos y organizaciones financieras”.

- Asalto neoliberal.

Entre los organismos que patrocinan eso que el abogado Raúl Maíllo califica como un “asalto neoliberal a las pensiones”, la OCDE juega un papel protagonista. En 1990 esta organización diagnosticó que los países industrializados no podrán pagar sus pensiones en el futuro como consecuencia del envejecimiento de sus poblaciones. Como recoge la economista Miren Etxezarreta en el libro Qué pensiones, qué futuro, el impulso a la privatización aumentó a partir de 1994 de la mano de un informe del Banco Mundial, “que constituyó la justificación y el pistoletazo de salida para que muchos países ricos desarrollaran los sistemas de privados de pensiones”.


En el caso del Estado español, el principal argumento que emplean representantes del sistema financiero como Rodrigo Rato, ex director general del FMI, para fomentar este sistema mixto y la progresiva deriva del sistema de pensiones de capitalización (en el que el dinero para pensiones se invierte en fondos financieros), es el envejecimiento de la población. A este discurso se oponen Otxoa y de la Fuente: “El aumento de la esperanza de vida no se debe tanto a la duración de vida de las personas mayores como a la erradicación de la mortalidad infantil”.
Como recuerdan Otxoa y De la Fuente, según el documento del Gobierno, entre 2009 y 2040, la esperanza de vida a los 65 años sólo aumentará en 2,5 años. Según el documento presentado por el Gobierno, el incremento del gasto en pensiones subirá por encima del 15,1% del Producto Interior Bruto en 2060, una subida que, para estos profesores no pone en riesgo el sistema público de pensiones, “quienes insisten en el carácter insostenible de ese aumento, obvian que en el pasado los aumentos han sido superiores a los que hoy se prevén sin que se haya producido ninguna catástrofe económica por esa causa”. Además, recuerdan, el Fondo de Reserva del sistema de pensiones públicas ha arrojado un importante superávit en el periodo pre crisis y seguirá produciéndolo hasta después de 2020: “Sólo cuando los ingresos por cotizaciones sean insuficientes para hacer frente al aumento de gasto en pensiones, lo que no ocurrirá antes de 2023, será el momento de aumentar progresivamente los tipos de cotización para hacer frente a este gasto”.

- El recorte, tapado.

Y mientras el debate sobre la viabilidad de las pensiones ocupa buena parte del debate público, el recorte del gasto público que la Ministra de Economía llevó a la City de Londres no ha tenido tanta repercusión. Un ajuste de 50.000 millones de euros para los próximos cinco años, que modifica el presupuesto previsto y aprobado a finales de 2009. Para el economista Julio Rodríguez este recorte apunta hacia el deseo del Gobierno de dar una imagen de “rigor presupuestario” ante los mercados de deuda. Como indica Carretero, esto se plasma ya en la subfinanciación de las universidades públicas y amenaza “la financiación de todo el salario social, es decir, las prestaciones y servicio social”.

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domingo, 21 de febrero de 2010

OTRA CULTURA Irina Bokova inaugura el Año Internacional del Acercamiento de las Culturas en la UNESCO


La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, inauguró el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas presentando a los miembros de un Panel de alto nivel sobre la paz y el diálogo entre las culturas: “Este día marca el inicio de un viaje intelectual en el transcurso del cual vamos a reflexionar sobre los modos de buscar nuevas perspectivas apra la paz en el siglo XXI”, declaró.

Reunido por primera vez en París, este Panel internacional está compuesto por personalidades eminentes de la esfera política, intelectual y religiosa*. Sus miembros han sido invitados a reflexionar y pensar en una manera de edificar una paz fundada en la justicia, el respeto de los derechos humanos, la igualdad entre los sexos y la solidaridad en un contexto de mundialización en el que el cambio climático, la gestión de recursos y los desafíos éticos y económicos son otros tantos desafios a los que hay que dar respuesta utilizando el diálogo como fuerza movilizadora.

La misión de este Panel es hacer oír el mensaje de paz de la UNESCO en el mundo, a través de la educación, las ciencias, la cultura y la comunicación e información. Se reunirá una o dos veces por año y su composición podrá ampliarse en función de los temas de discusión que aborde en cada ocasión. Sus miembros han sido elegidos por su trayectoria excepcional y han aceptado aportar su contribución de manera gratuita.
En un contexto de mundialización, que es también un contexto de migraciones, los desafíos paralelos de preservar las identidades culturales y promover el diálogo intercultural revisten una importancia y una urgencia nuevas. La educación es la clave del éxito, en particular para las niñas, y es también la clave para aprender a convivir. Además, la noción de paz ha evolucionado mucho desde la creación de la UNESCO y en particular en los dos últimos decenios, y ahora hay en ella una mayor implicación de las mujeres y los jóvenes.

La conferencia sobre el diálogo intercultural celebrada el 18 de febrero, principal acto de la jornada, fue inaugurada por Irina Bokova con la participación de los miembros del Panel. En ella se trataron temas tales como “El poder de la diversidad cultural y el diálogo” y “Construir la paz – el lugar de los valores compartidos en la era de la mundialización”.

El objetivo de este Año Internacional es “contribuir a que se disipen las amalgamas generadas por la ignorancia, los prejuicios y las exclusiones, que son fuente de tensiones, inseguridad, violencia y conflictos”, subrayó Irina Bokova. “El intercambio y el diálogo entre las culturas son los mejores instrumentos para construir la paz”. Según la Directora General de la UNESCO, las acciones prioritarias tienen que ver sobre todo con el refuerzo de la educación de calidad, lo que implica la enseñanza de las grandes culturas y civilizaciones extranjeras. Además, el Año Internacional dará lugar a actos culturales en numerosos países. Así, sentará las bases de un diálogo intercultural nuevo cuya ambición es propiciar la construcción de un marco común de valores.

La UNESCO, designada organismo coordinador de este Año por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas, ambiciona federar tanto a los Estados como a los miembros de la sociedad civil en torno a este proyecto, para promover así proyectos originales y positivos apoyándose en el sistema de Naciones Unidas y los programas ya existentes de la UNESCO en la materia, en particular de aquellos dedicados a los jóvenes.

*Miembros del Panel de alto nivel sobre la paz y el diálogo entre las culturas presentes en la reunión del 18 de febrero:

Kjell Magne Bondevik (Noruega), ex Primer ministro noruego y fundador y presidente del Centro para la Paz y los Derechos Humanos de Oslo - Lydia Cacho (México), periodista, galardonada con el Premio Mundial de Libertad de Prensa de la UNESCO en 2008 - Mustafa Ceric (Bosnia y Herzegovina), Gran Mufti - May Chidiac (Líbano), periodista, galardonada con el Premio Mundial de Libertad de Prensa de la UNESCO en 2006 - Souleymane Cissé (Mali), cineasta - Esther Coopersmith (Estados Unidos), Premio de paz de las Naciones Unidas (1984) y Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO para el diálogo intercultural (2009) - Vigdís Finnbogadóttir (Islandia), ex Presidenta de Islandia y Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO (1998) – Monseñor Francesco Follo, en nombre de Monseñor Gianfranco Ravasi (Vaticano), Presidente del Consejo Pontifical para la Cultura - Mohamed Ibrahim (Sudán), fundador y presidente de la Fundación Mo Ibrahim - Attiyah Inayatullah (Pakistán), Miembro de la Asamblea Nacional de Pakistán y ex ministra para el desarrollo social de las mujeres de Pakistán - Marc Ladreit de Lacharrière (Francia), Presidente de la Fundación Cultura & Diversidad, Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO (2009) – Monseñor Laurent Monsengwo Pasinya (República Democrática del Congo), Arzobispo de Kinshasa - Ilber Ortayli (Turquía), Presidente del Museo del Palacio Topkapi - Tavivat Puntarigvavat (Tailandia), Director del Instituto de Investigación y Desarrollo de la Universidad Mundial del Budismo - Hegumen Philip Riabykh (Federación de Rusia), Vicepresidente del departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú - Yazid Sabeg (Francia), Comisario de diversidad e igualdad de oportunidades; Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO (2010) - Wole Soyinka (Nigeria), escritor y Premio Nobel de Literatura (1986) - Simone Veil (Francia), ex presidenta del Parlamento Europeo, presidenta de la Fundación para la memoria de la Shoah.

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viernes, 19 de febrero de 2010

OTRA GLOBALIZACIÓN El origen de todos los males: ¿la televisión?

El 2 de junio de 1999 el pequeño Reino de Bután, la Tierra del Dragón de Truenos, incorporó la televisión a su cultura. Éste fue el último país del mundo en hacerlo y sus consecuencias no se hicieron esperar.

Bután, localizado en el Himalaya y rodeado por India y China, ha mantenido una política de aislamiento durante décadas, permaneciendo, por lo tanto, atrasado en el tiempo en cuanto a términos tecnológicos y hasta históricos, al no hallarse su población informada sobre los acontecimientos del resto del globo y sus culturas. Así, Bután no poseía hospitales ni escuelas públicas hasta la década del ’50 y no entabló relaciones diplomáticas con otros países hasta principios de los ´60, gracias al nuevo rey Jigme Dorji Wangchuck, quien impulsó un proceso de modernización y democratización que lo llevó a acabar con el sistema feudal predominante en Bután, así como a incorporar nuevas tecnologías. Sin embargo, la entrada de la televisión al país quedaría en manos de su hijo, el rey Jigme Singye Wangchuck, quien lo anunciaría el 2 de junio de 1999, junto con el pasaje de una monarquía absoluta a una parlamentaria.
La decisión del Rey Dragón no se debió a una búsqueda de mayores ingresos y nuevos mercados, ni a un intento de ganarse el afecto de su pueblo, sino a la búsqueda de la felicidad de los butaneses. El propio rey Jigme Singye Wangchuck fue quien acuñó el término de Felicidad Interna Bruta, que consideraba mucho más apropiado para la medición del valor de lo producido por Bután y sus habitantes, altamente religiosos y espirituales. Por esto mismo se decidió enviar delegaciones al exterior para que averiguasen si existía alguna forma de medir la felicidad y así poder brindársela a sus súbditos. Desafortunadamente esta investigación no resultó demasiado fructífera, pero el pueblo butanés encontró por sí mismo qué era lo que lo hacía feliz.

En 1998, con el auge de la Copa Mundial de Fútbol en Francia, los butaneses se encontraban descontentos al no poder verlo ellos también, por lo que el rey permitió, como excepción, montar una pantalla en el estadio Changlimithang, en la capital butanesa, para que se transmitiese la final entre Francia y Brasil, sentando así el precedente para el levantamiento de la prohibición sobre la televisión menos de un año después. Sin embargo, este cambio tan radical traería enormes consecuencias que no siempre aportarían a esa felicidad buscada.

El temor que inspiraba la televisión tenía su origen en la creencia de que la entrada de la cultura occidental podía afectar drásticamente a esta sociedad con valores y estilos de vida tan distintos de los de los países europeos y americanos. Con el fin de preservar al pueblo de este fenómeno se decidió crear en primer lugar el Servicio de Difusión de Bután (BBS, por sus siglas en inglés), el cual se dedicaría a transmitir noticias y documentales del propio país y serviría como transición antes de incorporar los canales extranjeros. Pero esto sólo pudo posponerse unos pocos meses y pronto todo el que pudiese pagar los, aproximadamente, 5 dólares mensuales que se exigían podía acceder a los 46 canales que la nueva empresa de cable, Sigma, y sus 5 antenas satelitales brindaban.
Rápidamente la nueva novedad que presentaba la televisión para estas personas que durante tanto tiempo se habían encontrado alejados del exterior implicó un cambio en su forma de ser y sus costumbres. Las rutinas de la mayoría de aquellos que ahora accedían a la TV se moldeaban alrededor de ella. Los horarios de sueño se modificaron para poder ver sus programas favoritos, la disposición de los asientos en la mesa familiar se ajustó para que se enfrentasen a las pantallas, la televisión se convirtió en un nuevo miembro durante las comidas. Incluso se dio el caso de una cosecha entera que se vio arruinada porque sus encargados no podían apartarse del aparato.

Pero los cambios no terminaron allí. Bután, con tan sólo 700.000 habitantes, en donde la violencia era prácticamente nula, se vio azotado por una serie de crímenes sin precedentes que siguió escalando a lo largo de los años. El 5 abril del 2002, tres años después de levantada la prohibición, se dio el primer caso de robo por parte de un empleado público, el contador Parop Tshering. El 13 de abril de ese mismo año la policía buscaba a un grupo de delincuentes que había vandalizado y robado unas estatuas sagradas, en uno de los países más fieles a su religión, el Budismo. Tres días después un hombre mató a su esposa a mazazos cuando ésta descubrió que era adicto a la heroína, cuando anteriormente no había casos de un vicio mayor que pasarse un poco con el vino de arroz. Y el 28 de ese mismo mes un granjero borracho manejó su auto, con su familia adentro, hacia un desfiladero en un ataque de ira, matando a su sobrina en el proceso. Y esto no es todo, en los primeros años desde la aparición de la televisión se han dado casos de apuñalamientos en festivales públicos, alcoholismo, pandillas, robos e incluso un chico que, colocándose una bandana en la cabeza, comenzó a disparar desde el techo de un bar. Además aumentó considerablemente el consumo de drogas, en especial de marihuana, la cual crece naturalmente en Bután, pero antes de la televisión sólo era usada para alimentar a los cerdos en las granjas, sin que su uso por parte de los humanos fuese considerado como una opción, ya que era opuesto a su propia cultura.

Por otra parte, el ingreso de los canales extranjeros trajo otros problemas de carácter psicológico al pueblo butanés. Esto se ve reflejado con mayor fuerza en los más jóvenes, que se encuentran más expuestos a esta nueva cultura, sobre todo porque no poseen la experiencia de la vida butanesa pre-televisiva del mismo modo que las generaciones anteriores. Así, los profesores de las escuelas mostraban su preocupación al enterarse de que, por primera vez, los chicos sentían envidia o estrés, lo que en última instancia los llevaba a robar o incluso llegar a la prostitución para conseguir lo que la televisión les decía que debían consumir para alcanzar los estándares occidentales que ahora entraban en sus vidas. De este modo, por ejemplo, muchos comenzaron a reemplazar los tradicionales gho (batas hasta las rodillas, obligatorios en el ámbito público por ley), por jeans y remeras. Según un estudio no oficial, en los primeros años de la aparición de la televisión, un tercio de las jóvenes butanesas desearía verse “más estadounidense” (piel más blanca, pelo rubio) y, en una proporción similar, también se han modificado los hábitos amorosos. En vez de esposos se buscan novios y en lugar de matrimonio sólo sexo. Además, un 50% de los chicos reveló que pasa alrededor de 12 hs sentado delante de la pantalla, lo cual genera grandes problemas de sedentarismo en una sociedad que pocos años atrás no conocía ni los automóviles. Hay que tener en cuenta, además, que se trata de un país en el que aproximadamente el 50% de la población tiene menos de 21 años.

Por su parte, el gobierno butanés hace lo que puede para regular todos estos nuevos conflictos. Sin embargo, su problema comienza con una falta de previsión del impacto que podía generar este cambio. Por más que el rey Jigme Singye Wangchuck le advirtió a su pueblo “no todo lo que verán será bueno” no se lograron tomar medidas para ayudar a las personas a discernir entre el mundo real y el cable, lo que creó, por ejemplo, una oleada de violencia infantil debido a que los chicos intentaban imitar a sus nuevos ídolos de la Federación Mundial de Lucha Libre. Tampoco se creó una ley que regulase este nuevo medio hasta el año 2006, lo que significa que durante 7 años las compañías de cable fueron libres de transmitir el contenido que les pareciese más conveniente. A su vez, la BBS, el intento del gobierno de mantener un canal de cultura butanesa, durante varios años no poseyó los fondos ni la experiencia como para competir con el material extranjero y, por lo tanto, sus ratings eran muy bajos.

Actualmente se presenta otro problema más que es el del desempleo, el cual está creciendo, especialmente entre los menores de 24 años entre los cuales, en el 2007, se encontraba en el 5,5%. Esto se debe en gran medida a que estas nuevas generaciones han crecido junto a la televisión la cual, si bien ha traído nuevos conflictos, también es cierto que ha abierto un nuevo mundo al pueblo butanés y un sin fin de nuevos descubrimientos. Entre 1992 y 2007, la tasa de alfabetización pasó de un 20% a un 60%, lo cual genera otro tipo de expectativas en la población que ya no se contentan con el simple cultivo de los campos que antes se acostumbraba. Esto se incrementa aún más si se tiene en cuenta que una gran parte de los estudiantes que tienen la posibilidad de ir a universidades lo hacen en el extranjero, debido a la escasa cantidad de ellas en el propio Bután.

En definitiva el producto de este choque de culturas es un pueblo que debió avanzar en el tiempo demasiados años drásticamente y quizás no supo adaptarse al cambio que generó la cultura materialista occidental en aquel mundo espiritual, ese Shangri-La que describía James Hilton y esas personas que “se quedarían con sus libros y su música y sus meditaciones, conservando las frágiles elegancias de un tiempo que muere”.

Todo el peso de la cultura occidental cayó sobre Bután. La llegada sin anestesia de la televisión a un pequeño país que la desconocía. Las consecuencias de este fenómeno irrepetible.

Bután sufre la occidentalización voraginosa de su cultura.

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